miércoles, 11 de junio de 2008

Semana laboral de 65 horas en la UE


Al trabajador últimamente le crecen los enanos por todas partes. A los efectos de la crisis económica que se traducen en más incertidumbre, más paro, menos salario, precios altos de los bienes de primera necesidad, más inflación, hipotecas más caras..., ahora le pegan la puntilla con el acuerdo que se ha producido entre los gobiernos de los países de la Unión Europea, que han aprobado, por mayoría cualificada, un proyecto de directiva que permitirá una semana laboral de hasta 65 horas.

Bien es verdad que el Gobierno español ha estado siempre en contra, pero el bloqueo a la propuesta que ejercía desde hace tres años con Francia e Italia ha quedado sin efecto tras los cambios de Presidencia francesa y de Gobierno italiano.

Es verdad que el acuerdo pone como condición la voluntad del trabajador, pero también sabemos que la relación empresario-trabajador no es igualitaria. El asalariado siempre está en inferioridad y sólo una legislación laboral que proteja a la parte más débil, es decir, al trabajador, puede equilibrar la relación.

Además, teniendo en cuenta que el paro vuelve a crecer en todos los países de la UE, la desprotección del asalariado será absolutamente manifiesta porque, en un mercado de trabajo con la demanda de actividad al alza, el empresario podrá elegir a aquel que se ofrezca a trabajar más horas, en detrimento de quien únicamente esté dispuesto a cumplir con el mínimo establecido en los convenios u otros acuerdos laborales.

Y todo ello está ocurriendo en el espacio social europeo, paradigma internacional en la defensa de los derechos de los trabajadores. Un retroceso social en toda regla, que se carga de un plumazo años y años de dolorosa lucha de los trabajadores por la conquista de derechos laborales, tan emblemáticos y tan decisivos como fue la consecución de la jornada laboral de 48 horas semanales.

Sólo queda una esperanza: que el Parlamento Europeo rechace esta propuesta y ponga a algunos políticos-burócratas en en el sitio en que debieran estar, es decir, en el paro. En caso contrario, los sindicatos de la UE -por otra parte tan debilitados en los últimos años- deben volver a tomar la bandera de la protesta y la reivindicación radical y, en última instancia, a los trabajadores europeos y a sus familias no les quedará más remedio que rebelarse contra el abuso del capitalismo y, en definitiva, contra la nueva esclavitud laboral que se cierne sobre todos nosotros y sobre nuestros hijos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué barbaridad! Estamos absolutamente sometidos al poder del capital. Ya no hay esperanza de revertir esta situación. Que Dios nos ampare.

Anónimo dijo...

La culpa de este desaguisado la tiene el gobierno y los sindicatos españoles que no pintan nada en Europa. Podían plantarse como hacen algunos estados en otros temas e impedir que la esclavitud vuelva a institucionalizarse.

Anónimo dijo...

¿Y por qué no?, 65 horas semanales pactadas = a 48 horas netas trabajadas, porque hoy de las 48 sólo se rinden 36. ¿O no?