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A partir del primero de enero de 2009 los trabajadores del Vaticano tendrán que fichar. La medida afectará a 2.748 personas de los que 1.212 y 425 mujeres son laicas, 778 sacerdotes, 243 frailes y 90 monjas.
El control laboral volverá a implantarse después de que fuera anulado por el papa Juan XXIII en 1960.
Se han producido protestas de diferentes prelados que consideran esta decisión como "un paso atrás". Ficharán con una tarjeta que también podrá utilizarse para operar en los cajeros automáticos del Banco Vaticano, en el servicio de salud, mercados, comedores, distribuidores de gasolina y otros servicios pertenecientes al pequeño Estado.
Asimismo, los asalariados vaticanos contarán con una "tarjeta de valoración" con la que se evaluará su rendimiento, dedicación, profesionalidad y corrección. Con los datos que se obtengan de cada empleado se podrán fijar retribuciones, sanciones e, incluso, el despido.
Los eclesiásticos han mostrado su disconformidad por el excesivo control que puede suponer esta obligación, ya que, según ellos, no es posible controlar la actividad pastoral que desarrollan fuera
del espacio propio de la Santa Sede.
No parece que vaya a ser difícil hacer fichar, por ejemplo, a los guardias suizos, esos guapos mozos, jóvenes, altos, rubios, que, perfectamente uniformados, alegran las ceremonias y las postales vaticanas y las fotos de los creyentes y turistas que visitan la sede de Pedro. Lo complicado del asunto va a ser cambiar de mentalidad a los religiosos. Estos no están acostumbrados al control laboral.
Será curioso ver cómo discuten con el correspondiente director de recursos humanos reivindicando subidas salariales, pagas extras, productividad, seguridad social, mejoras en temas de salud laboral -también en estos trabajos hay riesgos laborales, sobre todo de tipo mental-, horas extras, tal vez algún plus por idiomas, plus de peligrosidad, cuotas al fondo que vaya a ampararles en caso de pasar a situación de paro... Interesante va a ser analizar los conceptos e importes de las nóminas cuando el próximo año esté funcionando plenamente la medida.
¿Y qué pasará cuando la patronal vaticana no atienda las reivindicaciones de los trabajadores? ¿Acabarán por organizarse en sindicatos? ¿Serán sindicatos de clase, o sólo, digamos, "profesionales"?
¡Hasta dónde ha llegado la crisis! Ni siquiera las compras de oro, realizadas por El Vaticano para evitar la quiebra del valor de sus acciones en grandes multinacionales, van a ser suficientes para evitar el infierno económico al que todos estamos condenados -¡ojo!, muchos sin haber pecado- durante unos años. Por eso, y como hace cualquier multinacional en épocas de estrechez, lo primero de todo "apretar" a los trabajadores y, si es necesario, expulsarlos de su único bien, el puesto de trabajo. Después..., ya veremos.
"Mi reino no es de este mundo", dijo el fundador de la Iglesia, Jesucristo. Sus sucesores hace mucho tiempo que no piensan así. ¡La vida misma!
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"Mi reino no es de este mundo", dijo el fundador de la Iglesia, Jesucristo. Sus sucesores hace mucho tiempo que no piensan así. ¡La vida misma!
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2 comentarios:
Para trabajar por los demás no hace falta fichar. Los misioneros de Africa se morirían de la risa si alguien les dijera que a partir de ahora debían fichar.
¿Quién va a controlar las fichas? Supongo que el Estado español podrá controlar las que le correspondan puesto que paga los sueldos, exenciones fiscales, financia los edificios eclesiásticos... en España.
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