Se celebra hoy 19 de marzo el segundo centenario de la publicación de la primera Constitución española.. Una auténtica revolución teniendo en cuenta la época en la que se vivía: régimen de monarquía absolutista, España ocupada por las tropas napoleónicas, Iglesia católica ama y señora del país y de las conciencias de los españoles, colonias americanas en efervescencia independentista, analfabetismo superior al 90% de la población, la tierra en manos de grandes latifundistas..., en fin, un catálogo de inconveniencias que dificultaba empeños como el que se pretendía.
Aun así, los 'doceañistas' lo intentaron. Al final no lo consiguieron porque la CE-1812 fue borrada del mapa por los de siempre, aquellos que no dejaban avanzar a España, ni la dejan ahora, cuando se ha propuesto y se propone dar un salto hacia la modernidad. Pero, al menos, sembraron la semilla del liberalismo constitucional que tanto costó prender en la tierra de la vieja España durante el largo y convulso siglo XIX, el siglo del "Trono y Altar", principios que cultivaron como nunca los apologetas y ejecutores de la reacción tradicionalista y conservadora decimonónica, y que todavía hoy, convertido y actualizado el aforismo en "Patria y Altar", siguen estando presentes en amplias capas de las élites políticas conservadoras españolas.
Pero los grandes cambios de un país los protagonizan sus ciudadanos, y no es bueno que estos se queden dormidos cuando los problemas sociales son tan importantes como los que estamos pasando. Es preciso que suene pronto el despertador y el ciudadano se levante. Y lo hará.
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