Les Amants/Die Liebenden, 1928. New York, The Museum of Modern Art. Gift of Richard S. Zeisler © Charly
HERSCOVICI Brussels - 2011 © VBK Vienna, 2011 - René Magritte en El Cultural.es del 13-01-2012.
La gran virtualidad de los artistas extraordinarios como el pintor belga René Magritte (1898-1967) es su capacidad para transportarnos a la actualidad a través de sus obras, cualquiera que haya sido el momento del nacimiento de su creación.
Alguna de las ideas que esta pintura nos sugiere están encuadradas dentro del plano de la psicología tanto individual como social. ¿Qué vemos en ella? Observamos que los hombres no ven a las mujeres, las mujeres no ven a los hombres. Los poderosos no aprecian misericordia por los débiles, no los ven, no los sienten como seres necesitados de dignidad, se enfrentan a ellos. Los pobres y débiles maldicen a los ricos y fuertes porque han sido cegados por la caperuza de la injusticia, la pobreza, la marginación, la ignorancia, la humillación... Los padres no ven a sus hijos. Los hijos no ven a sus padres. No se entienden, no intentan comprenderse, no sienten conjuntamente. Los jefes no ven a sus subordinados, los empresarios no sienten la empresa conjuntamente con sus trabajadores, no es posible el acercamiento en valores, el acercamiento moral, la cercanía de los unos a los otros.
Los políticos no ven a los ciudadanos. Los ciudadanos no ven a los políticos. La distancia entre ellos es cada vez mayor. La disputa no cesa y la sociedad vive en permanente estado de crispación. Los ciudadanos europeos tan cerca físicamente y, sin embargo, tan distanciados espiritualmente del tándem Merkozy... y de los poderes corporativos que, poco a poco, paso a paso, van transformando sus vidas circulando hacia atrás por el túnel del tiempo que desemboca de nuevo en la explotación, en el servilismo feudal o, peor aún, quizá en la mera esclavitud.
En España, en el PSOE, los candidatos a la Secretaría general, en tiempos atrás tan cerca uno de otra -Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón-, y tan lejos ahora cuando es el poder el enorme objeto de deseo de uno y otra, de una y otro.
¿Y nosotros? Miremos nuestra propia individualidad. ¿Nos vemos? Tan cerca de nosotros mismo y, a la vez, tan lejos y contradictorios en nuestra forma de pensar y actuar. Tan cerca de la sociedad y, por el contrario, tan lejos de alcanzar sentimientos compartidos. Tan firmes en nuestras convicciones íntimas y, al mismo tiempo, tan débiles en la expresión social de tales esencias. Todos, tan cerca y tan lejos, ¿nos vemos? Tal vez, pero, en este caso, nos vemos como seres únicos, sí, pero muy poca cosa...
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