Ayer se puso en marcha el 56º Festival de Cine de Donostia-San Sebastián, seguramente la muestra cinéfila más coqueta del extenso mundo de la pantalla grande, en la ciudad más bonita del País Vasco y de España. Se desarrollará hasta el próximo día 27 de este mes.
Figuras de reconocido prestigio del séptimo arte como Woody Allen, Pedro Almodóvar, Antonio Banderas, Javier Bardem, Meryl Streep, Richard Eyre, Rebecca Hall, Paul Thomas Anderson y otros muchos han estado o estarán presentes en el Festival.
Nueve concursos con sus correspondientes premios permitirán el reconocimiento, y servirán para dar un espaldarazo a obras de la cinematografía mundial presentadas en esta muestra que ya ha alcanzado un alto prestigio internacional.
Lo mismo ocurrirá con diversas personalidades destacadas del cine universal -algunas antes mencionadas- que recibirán premios por su buen hacer en esta actividad del arte audiovisual.
Pero, al margen de lo estrictamente cinematográfico, hay algo que el Festival pone de manifiesto un año sí y otro también: su capacidad para mantener la condición de evento cultural abierto, libre, cosmopolita, no sometido a los corsés propios de la ideología nacionalista cuya clase gobernante pretende dominar todos los espacios sociales en el paisito. Un éxito completo, sí señor.
1 comentario:
Es un festival digno que permite la promoción de profesionales nuevos. Ciudad bonita con Festival bonito. Así debiera ser.
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