lunes, 1 de diciembre de 2008

Fosas de la ignominia

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Maniatados hasta después de la muerte. La fosa del antiguo cementerio de San Rafael de Málaga, una de las mayores de la guerra, ha destapado estos días más horrores de la represión franquista. Varios cadáveres, como se ve en la foto, conservan el alambre con el que fueron maniatados antes de fusilarlos. En Arucas (Gran Canaria) se han rescatado 12 cuerpos de represaliados enterrados vivos. Foto de Julián Rojas en EL PAÍS de 29 de Noviembre de 2008


En el antiguo cementerio de San Rafael de Málaga se ha abierto una fosa común, donde están enterrados cuerpos de fusilados por la represión franquista durante la Guerra Civil.
Esos esqueletos que muestran las manos atadas con alambre revuelven el estómago a cualquier persona que todavía tenga sentimientos. Es una ignominia para una sociedad democrática como es la española. Nuestra sociedad, que se presume avanzada, no puede permitirse el error de seguir ignorando y olvidando, porque, si lo sigue haciendo, nunca conseguirá cerrar el círculo vicioso de afrentas y odios entre compatriotas que ha sido una constante en nuestra historia.
No es difícil suponer en qué estado de ánimo se encuentran los familiares de los ajusticiados por la dictadura franquista -sobre todo las víctimas posteriores a la guerra- que, apoyándose en la débil y testimonial Ley de la Memoria Histórica promulgada por las Cortes españolas al final de la anterior legislatura, reclaman el derecho a que se les ayude a encontrar a sus familiares, se les identifique, puedan darle el tipo de sepultura que deseen y se les dignifique como merecen por la sociedad española.
Aquellos que se muestran en contra de este derecho, si no entienden o se muestran en contra de aplicar ese valor que es cimiento de la convivencia pacífica, la justicia, al menos debieran mostrar un poco de piedad por estos españoles que ya han sufrido bastante tras 40 años de silencio y de marginación y de desprecio en la dictadura y 30 años de olvido en democracia. No se merecen tanto castigo, y sólo porque sus seres queridos ejecutados pensaban de forma distinta a como lo hacían los victimarios.
Me parece muy ilustrativo este artículo del historiador estadounidense Gabriel Jackson, aparecido en la sección de Opinión del diario EL PAÍS del 30 de Noviembre de 2008.

¿Se puede dar por cerrada la Guerra Civil?

Todas las guerras son crueles, y las guerras civiles parecen especialmente crueles porque dividen familias, clases sociales y hermandades profesionales dentro de un mismo país. Pero la forma de terminarlas puede influir de manera considerable en las actitudes de los supervivientes y de generaciones posteriores...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tremendo lo que han sufrido estas gentes. Tenemos una deuda con ellos y sus familias. Hasta que no sufraguemos esa deuda no estará tranquila la conciencia de nuestra sociedad.

Anónimo dijo...

Mientras no estén en paz consigo mismas todas las personas de ambos bandos, no habrá terminado la Guerra Civil, porque las guerras nacen y permanecen en el interior de las personas, aunque no se tire un solo tiro.

Anónimo dijo...

¡Qué barbaridad! ¿Todavía están así en España? Me escandaliza que esto no esté resuelto entre la sociedad española.