La pasada semana se celebró en Estambul (Turquía) el V Foro Mundial del Agua, organizado por el Consejo Mundial del Agua (CMA), una institución internacional de carácter privado que convoca esta reunión cada tres años.
Más de 27.000 delegados de 182 países, entre ellos España, se acreditaron en este Foro. Acudieron jefes de estado, parlamentarios, líderes locales, expertos, representantes de ONG y empresas.
No ha sido posible declarar el agua derecho fundamental, a pesar del esfuerzo de varios países latinoamericanos, España y otros estados asistentes. En todo caso, no hubiera sido más que un pronunciamiento testimonial, sin ninguna consecuencia jurídica para los estados y demás organizaciones vinculadas a la actividad que gira alrededor del agua.
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Hasta que la Organización de Naciones Unidas (ONU) no se haga cargo de este problema mundial, la sociedad internacional no acometerá con seriedad la cuestión del agua. Tal vez la ONU tome cartas en el asunto sólo cuando haya un fuerte conflicto entre algunas naciones.
Ciertamente, en el mundo no faltan las zonas donde esta amenaza es real. Estas son algunas de ellas: la cuenca del río Jordán es hoy, probablemente, la más peligrosa desde el punto de vista de la seguridad internacional, por el lugar en el que se encuentra y el clima de guerra que allí permanece. También lo es la del Éufrates y el Tigris por la misma razón. Asimismo, el río Congo que recorre varios países de África es potencialmente motivo de enfrentamientos internacionales. La región de los lagos del continente negro y la cuenca del Nilo no escapan a este mismo riesgo. El Ganges y Brahmaputra y las cuencas fluviales entre India y Bangladesh, así como la cuenca del río Mekong son zonas de riesgo en Asia. El Amazonas y los afluentes que le dan vida pueden también generar conflictos entre países latinoamericanos. Los ríos que se han convertido en internacionales -sobre todo en el centro de Asia- tras la desaparición de la antigua Unión Soviética se hallan en la misma situación de riesgo que las anteriores zonas. Y otras cuencas fluviales internacionales que tal vez no tengan la importancia de las citadas pero pueden adquirirla en cualquier momento.
Sin embargo, además de la importancia estratégica que el agua tiene, detrás de los contenidos que se han expuesto formalmente en este Foro, como son el del reparto equitativo del agua entre las naciones y comunidades y el de la ecología y la sostenibilidad, muchos sospechan que está realmente la mercantilización de este bien esencial para la vida. El agua cuesta dinero y, para quienes buscan el negocio con esta materia básica, su consumo ha de ser pagado por quien lo utiliza. He ahí la cuestión.
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2 comentarios:
Antes de ver guerra mundial por el agua veremos su comercialización masiva. El capitalismo no dejará que se le escape esta tajada tan golosa.
La cuestión está muy negra en el Jordán y su cuenca. Allí puede estallar otra guerra que afectaría a la misma zona tan maltratada por los enfrentamientos bélicos. Si nadie hace nada, acabará ocurriendo.
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