Vuelva usted mañana es el título de un artículo periodístico escrito por Mariano José de Larra (Madrid, 1809-1837), y sentencia lapidaria caracterizadora del mal hacer del funcionariado y la burocracia española, que comenzaba a dar los primeros pasos en aquellos turbulentos años treinta del siglo XIX español. Y, la verdad, la frase ha hecho historia, pero no ha perdido actualidad.
Se ha cumplido el pasado martes día 24 el segundo centenario del nacimiento de este personaje tan controvertido, periodista y escritor madrileño, que pasó por esta vida con prisa -se suicidó el 13 de febrero de 1837- pero tuvo tiempo de dejar su impronta en la España del absolutismo represor de Fernando VII, en los años de la primera guerra civil -primera guerra carlista- y pudo ver y sentir los primeros latidos del liberalismo moderado después de la época ignominiosa fernandina.
Hijo de afrancesado, vivió con su familia exiliada en Francia. Regresan en 1818 pero es en 1825 cuando Larra se instala definitivamente en Madrid, donde comienza a frecuentar, siendo aún muy joven, las tertulias literarias de la capital. En 1828 sólo tenía 19 años, pero Mariano José inicia su carrera periodística con la publicación de un folleto mensual, El duende satírico del día en donde publica ocho artículos firmados como "El Duende".
En 1832 publica la revista satírica El pobrecito hablador en donde escribe con el seudónimo de "Juan Pérez de Munguía". En ese mismo año comienza a colaborar con la Revista Española, de tendencia liberal, en la que por primera vez aparece un artículo suyo -Mi nombre y mis propósitos- utilizando el seudónimo de "Fígaro" que lo hará famoso. Algunos de sus artículos más famosos fueron Vuelva usted mañana, El castellano viejo, Entre qué gentes estamos, En este país y El casarse pronto y mal. Escribió la novela costumbrista No más mostrador, la novela histórica El doncel de Don Enrique Doliente y la pieza teatral Macías.
A pesar de su juventud y de seguir una trayectoria vital plagada de contradicciones -llegó a ser elegido diputado por el partido conservador-, Larra era un gran observador de la vida social, la política, las costumbres y la cultural del país. Fue látigo literario de la clase dirigente y crítico satírico de una sociedad tradicional, antigua, anclada en el costumbrismo más conservador, y propugnaba la laicización de la sociedad española. Para algunos especialistas de la literatura española, Larra está considerado como uno de los primeros y destacado exponente del romanticismo español.
También hizo crítica de teatro y literaria así como el tratamiento de temas de actualidad política. Publicó más de doscientos artículos en ocho años muchos de los cuales siguen estando de plena actualidad.
1 comentario:
Muchos periodistas y demás profesionales de la comunicación debieran seguir la estela de Larra y evitar la connivencia con el poder. Así sabríamos lo que realmente pasa en las alturas del poder.
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