jueves, 2 de julio de 2009

Niño en el mar

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El mar que ruge, iluminado un punto
en su loco desorden,
por el verde relámpago violento,
me trastorna.
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El niño que habla, dulce
y tranquilo, a mi lado,
en la luz de la lámpara suave
que, en el silencio temeroso
del barco, es como una isla;
el niño que pregunta y que sonríe,
arrebatadas sus mejillas frescas,
todo cariño y paz sus ojos negros,
me serena.

¡Oh corazón pequeño y puro,
mayor que el mar, más fuerte
en tu leve latir que el mar sin fondo,
de hierro, frío, sombra y grito!
¡Oh mar, mar verdadero;
por ti es por donde voy -¡gracias, alma!-
al amor!


Juan Ramón Jiménez, Diario de un poeta recién casado (1916)

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