sábado, 6 de junio de 2009

Nacionalización de Europa

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No será posible alcanzar la verdadera Unión Europea, la auténtica unión política, si no se da el paso imprescindible para ello: acometer con decisión y verdadera determinación la nacionalización de Europa, es decir, hacer de Europa una gran nación.
Para eso es para lo que puede y debe aplicarse el nacionalismo, conjugando el cultural formulado por Herder con el más democrático de Renan: para construir estructuras políticas superiores, nunca para destruir lo que tanto esfuerzo, sudor y lágrimas, y tanto tiempo ha costado construir.
En tal sentido, preciso es que Europa copie de lo bueno -no de lo malo- hecho por los Estados Unidos de América (EE UU), sobre todo en estos últimos 150 años, porque los norteamericanos han sabido construir una gran nación a partir de la unión de 50 estados, todos ellos tan diferentes inicialmente, y con tantos valores comunes ahora.

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Conseguir que Europa sea una gran nación precisa de la determinación para poner en movimiento un proceso político jalonado de una serie de acciones que, sin ánimo de ser exhaustivos, serían de este tenor:
1. Constituir un Parlamento que represente exclusivamente a los ciudadanos, que tome la iniciativa, incluso por encima de los Gobiernos de los Estados, y cambie el sistema político radicalmente. Es la única institución elegida directamente por los europeos, lo cual le otorga la auctoritas necesaria y la suficiente capacidad legitimadora para intentar impulsar grandes reformas que caminen hacia el establecimiento de una auténtica y gran rex publicae europea.
2. Es imprescindible que se establezcan los cauces y estructuras presisas para que, siempre desde la legalidad, sean los ciudadanos quienes elijan un Presidente que ostente todos los poderes de representación del Estado federal resultante y el poder ejecutivo de la Unión, por sufragio universal, libre, directo y secreto.
3. Europa debe crear un poder judicial único, separado de los demás poderes, con un Tribunal Supremo que sea fuerte, unifique doctrina y cree jurisprudencia europea. El tribunal de Estrasburgo ya es una buena base para ello.
4. La Unión necesita reforzar sus símbolos haciéndolos cada vez más "nacionales", más nuestros. Es preciso inculcar a las nuevas generaciones la identificación con la bandera azul de las 12 estrellas amarillas, generalizar la presencia del himno, el mapa, los monumentos, edificios y espacios singulares europeos y otros múltiples imágenes que muestren nuestra identidad.
5. Europa debe crear un ejército, bajo un mando único, que sustituya paulatinamente a todos los ejércitos nacionales existentes en los Estados que la conforman. Además, debe reforzar y desarrollar la Europolicía a modo de policía federal.
6. Europa debe fijar como propias y dar seguridad a sus fronteras, sólo susceptibles de ser ampliadas por la adhesión voluntaria, libre y democrática de otros estados. Además, debe fomentar la paz, el respeto a los derechos humanos y el multilateralismo en el ámbito de las relaciones internacionales.


7. La Unión deberá consolidar los valores que históricamente han sido fundamento de nuestra identidad europea, y avanzar con determinación en materia de derechos humanos y libertades públicas que dan consistencia a esa identidad, y que permitan hacer de la ciudadanía europea una verdadera categoría para todos los habitantes europeos e inmigrantes que puedan integrarse legalmente.
8. En el campo económico, probablemente en el que más hemos avanzado en las últimas décadas, se deberán potenciar y explicar mejor algunas acciones que ya funcionan:
-Mantener la unidad y libertad de mercado "nacional" dentro de la Unión, fomentando la libertad de circulación de personas, mercancias, y capitales, con las correcciones en favor de la Europa social que tales políticas demanden.
-Elaborar por el Ejecutivo y aprobar por el Parlamento los presupuestos generales de ingresos y gastos de la Unión, en consonancia con las nuevas y amplias competencias que han de tener al respecto las instituciones europeas, eliminando el menos democrático procedimiento de codecisión actualmente existente.
-Proteger y generalizar en todos los estados de la Unión Europea su moneda única, el euro.
-Establecer un sistema fiscal verdaderamente armonizado y progresivo, en el que contribuya más quien más tenga.
-Amparar a las empresas europeas impulsando sus presencia y desarrollo en el nuevo escenario mundial de la globalización, tomando como fundamento básico de su acción la meta de conseguir rentabilidades moralmente asumibles en un mundo más igualitario, ecológico y económicamente sostenible.
-Mantener y reforzar al Banco Central Europeo como institución monetaria independiente en el trazado de las políticas monetarias y en el control de la inflación.
9. En el aspecto sociolaboral, impulsar el espacio común europeo para que la igualdad y solidaridad sean valores a preservar y desarrollar con el fin de que las oportunidades sean iguales para todos los ciudadanos europeos.
10. Establecer como oficial una lengua común -el inglés- que coexista en cada Estado de la Unión con sus actuales lenguas oficiales.
11. En el terreno cultural -probablemente el gran obstáculo para la efectiva creación de una auténtica república europea- asumir como propia y común la historia de los diferentes pueblos y estados que constituyen la Unión, trabajando por la eliminación de enfrentamientos que han sido seculares entre ellos. Fomentar, asimismo, el desarrollo de todas las culturas de los pueblos europeos y promocionar las industrias culturales europeas en el mundo con el fin de que se conozca mejor la identidad europea.
12. Una Constitución que sea la bóveda de todo el corpus político y jurídico de la Unión Europea, con un sistema electoral que impida la excesiva fragmentación de fuerzas en el Parlamento. Además, compilación de las diferentes legislaciones estatales existentes, unificación de instituciones jurídicas y desarrollo de una legislación común basada en el equilibrio entre los fundamentos liberales heredados del ius romano y los fundamentos comunitaristas recibidos de la cultura jurídica sajona, y que tenga en cuenta el principio de subsidiariedad.
13. Auténtica libertad religiosa, prohibiendo expresamente la posibilidad de que la Unión Europea pueda asumir como oficial o propia una o varias religiones, y declarando la laicidad del Estado europeo resultante.
14. Impulso, haciéndolos verdaderamente europeos, de los importantes proyectos colectivos en campos tan diversos como el de las grandes infraestructuras de la Unión, conquista espacial, lucha contra la pobreza, combate de las grandes enfermedades, medios de comunicación europeos, competiciones deportivas, creación de una auténtica cultura nacional europea...
15. Fomento de la participación ciudadana y articulación de una verdadera sociedad civil europea que se constituya en elemento vertebrador entre el poder y el individuo.

En definitiva, la "nacionalización de Europa" exige un gran esfuerzo para reafirmar nuestra identidad colectiva desde los valores que compartimos, y eliminar el euroescepticismo que se está extendiendo por muchos países de la Unión -mañana se elige el nuevo Parlamento-, debido, en gran medida, al ejercicio de "despotismo ilustrado" que los dirigentes políticos y las élites europeas ejercen sobre la ciudadanía. Pero es preciso un golpe de timón que nos conduzca hacia el objetivo que hemos señalado. Si esto no se hace el "fin de la historia" estará muy cerca para la Unión Europea.

1 comentario:

neomarx dijo...

No sé si he entendido bien su post: ¿Quiere decir que lo que hemos de hacer de Europa es una Nación? Los nacionalismos no me gustan ninguno.