Barra libre en Pub Europa

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Han transcurrido casi tres días desde que Europa eligiera a sus parlamentarios. Se supone que el sosiego ha llegado a todos para que los análisis de los resultados nos permita ver la luz en el sombrío panorama que se adivina. Hagamos dos partes: primera, lo que vemos en la Unión Europea tras estas elecciones; segunda, lo que vemos en España después de los comicios europeos.

1. En Europa

- La abstención ha sido el denominador común de estas elecciones. Sólo votó el 42,94% de los europeos con derecho a voto. Europa no importa a sus ciudadanos.

- En líneas generales, ha ganado la derecha liderada por el Partido Popular Europeo, que pretende calificarse de democracia cristiana en su núcleo mayoritario, pero que cada vez tiene menos de lo uno y de lo otro, y transita a velocidad de crucero hacia el conservadurismo más casposo. Nada que ver con aquellos "padres fundadores" de las Comunidades Europeas.

- Al grupo anterior se le puede sumar otro tipo de derecha aún más rancia formada por grupos racistas y xenófobos, nacionalistas, euroescépticos, populistas y demás especímenes políticos carentes de ideología que se pueden encuadrar en el término de extrema derecha sin necesidad de forzar su definición.

- La izquierda ha perdido su representación de forma ostensible respecto a las elecciones de 2004. La socialdemocracia, salvo excepciones, ha perdido escaños en todos los países. A los demás partidos de izquierda les ha ocurrido lo mismo salvo a los verdes que han logrado aumentar su presencia en el Parlamento.

- En esta Europa se entroniza una gran paradoja: tenemos una gran crisis económica originada por la derecha conservadora -ultraliberales, neocons, llamémosles como queramos- que han hecho del sistema capitalista un traje a su medida. El mercado ha sido el dios que ha regido nuestras vidas, sin control público, escenario de todo tipo de abusos fundados en la avaricia de unos pocos que ha traido una tremenda miseria para el resto (¿o este infierno lo han provocado los trabajadores?). Y, sin embargo, cuando parece que la lógica política dice que debe ser la alternativa, es decir, la socialdemocracia, quien debe liderar la salida de la fosa, resulta que los electores europeos optan por "más de lo mismo".

Pero, además, la paradoja se refuerza, porque, precisamente, esta derecha liberal que siempre proclamó la excelencia de su ideología centrándola en la menor presencia del Estado en sus manejos económicos, cuando han visto que el chiringuito se cae, no han tenido escrúpulos en huir de sus ideas -¿es el fin de las ideologías?- y apelar al Estado para que ponga el dinero de todos los contribuyentes en los cuadros negros y rojos de su ruleta financiera. Apelan a Keynes para que les saque de la quiebra económica en la que nos han introducido a todos. Y estos caraduras ni pestañean, oiga.

Y lo peor es que los europeos de izquierda se quedan en casa o votan por la derecha que les esquilma todo lo que puede. ¿No será que los europeos somos todos ricos? ¿Será que todas esas cifras de paro que se publican es pura falacia? ¿Pero es que quienes nos han metido en esta tragedia económica que estamos viviendo tienen credibilidad para sacarnos de ella? ¡Asombrado estoy!

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- Veamos lo que ha pasado en algunos países importantes de la Unión Europea:

• En Alemania, donde la democracia cristiana que dirige el gobierno en coalición con el partido socialdemócrata, resulta que se aplican políticas keynesianas para parar la crisis e intentar salir de ella, y, sin embargo, la derecha gana las elecciones en detrimento de la izquierda que es, por así decirlo, la titular de esas políticas. Y, después de esto, yo me pregunto, ¿pero qué hacen los socialistas gobernando en coalición, como segundo invitado, con la derecha alemana?
  
• En Gran Bretaña, donde gobierna el Partido Laborista, después de que Gordon Brown haya hecho todos los esfuerzos posibles para corregir las barbaridades de Tony Blair, su anterior travestido líder, y haya aplicado políticas keynesianas arriesgando montones de dinero público que saque al país de la ruina, haya nacionalizado bancos para que no se hundan..., resulta que los electores priman al Partido Conservador y sus votantes le penalizan relegando a su partido a la tercera posición en número de sufragios.


• En Francia gobierna la derecha liderada por Sarkozy, un político populista que hasta hace unos días era más liberal que nadie. Un hombre que, durante tiempo, se ha preocupado más de alternar con los magnates de los negocios y de enseñar como pieza cazada a su esbelta mujer, que a dirigir con rigor un país tan importante e influyente como Francia. Pues nada, oiga, el presidente de los franceses ha hecho como otros, tirar de montones de dinero público para que no se hunda el sistema financiero y algunas grandes empresas de su país. Y los franceses, en vez de apostar por la izquierda -a pesar de las desavenencias internas que todavía sufre el Partido Socialista- priman con su voto a la derecha que sólo va a preocuparse por su pastel, como ha ocurrido siempre.


• ¿Y qué me dicen de Italia? Berlusconi -Il Cavalieri- cabalga de nuevo, sin complejos, y lo hace sobre cualquier persona o cosa que pueda ser objeto de monta (piense usted lo que quiera). Lo público y lo privado, el populismo, el machismo, la xenofobia, la mafia..., todo revuelto para este dios de los negocios, de la comunicación y de la política, son avales suficientes para ganar las elecciones europeas en Italia. Y la izquierda derrotada sin paliativos ¿En qué se ha convertido este querido país?

Dejemos de flagelarnos, porque en el resto de Europa, además de la derecha más conservadora, consiguen rotundos éxitos la extrema derecha en Holanda, Finlandia, Austria e Italia. Los euroescépticos también aumentan su representación en Gran Bretaña -donde el Partido Conservador, probablemente próximo partido del Gobierno, huye de la idea de Europa-, Holanda, República Checa...

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Y, sin embargo, ¡oh, paradoja nueva!, hace unos días, Obama y una nutrida representación de Francia y el resto de Europa, conmemoraban el 65 aniversario del desembarco de Normandía y el triunfo de la libertad y la democracia sobre el nazismo y demás ideas fascistas que pretendían dominar Europa. ¡Qué dirán desde el Hades los millones de muertos que lucharon contra estas ideologías totalitarias, viendo cómo muchos países europeos liberados votan ahora a favor del racismo, la xenofobia, la exclusión de los marginados, contra los inmigrantes..! ¡Para qué tanto sacrificio! ¿En qué tipo de esquizofrenia estamos metidos? Y criticábamos a los norteamericanos cuando votaban a George W. Bush en el año 2000, y más aún en el 2004 tras la guerra de Irak...

2. En España

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Aquí la cosa no ha sido tan dura. Se elegía a 50 parlamentarios. La participación del 46% fue un punto superior a la del año 2004 y tres puntos por encima de la media europea. Ha ganado la derecha, muy conservadora, que representa el Partido Popular con el 42,23% de los votos que le dan 23 escaños. A continuación el PSOE que gobierna actualmente España que con un 38,51% de sufragios obtiene 21 escaños. El resto se reparte entre opciones de izquierda, nacionalistas..., pero ningún partido de extrema derecha -¿o sí por estar integrada en el PP?- ni grupos euroescépticos declarados.

En nuestro querido país lo sorprendente ha sido que esta derecha que nos toca sufrir representada por el PP, enfangada como está hasta el cuello en casos de corrupción, la mayoría de ellos en sede judicial, ha ganado estas elecciones sacando casi cuatro puntos porcentuales al Partido Socialista. Y es que a estos les da igual: para el PP, estos actos de corrupción que ellos practican con fruición son simplemente "negocios". Si alguien del PSOE cae en estas prácticas, entonces es robar. He aquí la doble moral que el PP y sus seguidores aplican a estos casos delictivos. Ellos exigen responsabilidades y dimisiones a los demás, pero no se aplican nunca esta medicina a su propio cuerpo enfermo (jamás he visto dimitir a un ministro o muy alto cargo del PP por estar acusados de hechos de esta naturaleza). Y, encima, incrementan su apoyo electoral en las comunidades autónomas más contaminadas -Madrid, Valencia, Murcia, Canarias- donde gobiernan. ¡Alucinante!

Es cierto que el problema de España es el paro -más de 3'6 millones de parados- que se ha desbocado a raíz de la crisis económica y, aunque esta crisis no la han traido los trabajadores ni los gobiernos socialistas, el PSOE alguna responsabilidad puede tener por ser el partido que gobierna España. Sin embargo, el Gobierno del Partido Socialista está aplicando, con toda determinación, medidas keynesianas para detener el deterioro de la economía, colocando miles de millones de euros a disposición de las entidades financieras para sanear sus balances y para que fluya el crédito hacia la economía productiva. Ha puesto en marcha o ha acelerado varios programas de inversiones públicas de urgencia para mantener la actividad. Fomenta la ayuda a las empresas con problemas por falta de crédito. Defiende y preserva los derechos de los trabajadores y de los desempleados para que la crisis no castigue a quienes no son culpables de ella. Está haciendo reformas legislativas en diversos sectores de la economía y de la administración pública para luchar contra la recesión... Y todo ello sin rebajar prestaciones por desempleo, aumentando las pensiones más bajas muy por encima de la inflación, incrementando la inversión en educación, en sanidad, en servicios sociales como la dependencia. En fin, un gran esfuerzo que va a endeudar al país. Pero así se consiguen las cosas en el sistema que nos hemos dado: cuando no hay recursos directos disponibles lo que uno hace es endeudarse antes de morir de hambre. Lo hacen los individuos, lo hacen las familias, lo hacen las empresas y ¿por qué no lo ha de hacer el Estado que es quien más solvencia tiene, aunque sólo sea porque se supone que va a durar muchos años?

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Lo que nunca debemos hacer es caer en la trampa de la derecha que predica "reformas" por todas partes. ¿Qué quiere decir la derecha con la palabra "reforma"? Sencillamente hacen lo de siempre: prostituir las palabras. Lo que la derecha quiere decir con este manoseado término tan políticamente correcto es "recorte". Eso significa "reforma" para esta clase política. Recortes de impuestos a los que más tienen, recortes de pensiones, recorte de becas, recorte o congelación de sueldos de funcionarios, recorte de inversiones públicas... Eso significa "reforma" para la derecha española. Por eso esconden su programa económico. Por eso no van a presentar en estos próximos meses una moción de censura en España al Gobierno del Partido Socialista, porque una moción de censura precisa, entre otros condicionantes, de un programa de gobierno que hay que exponer y esto implica mostrar la verdadera cara de sus "reformas" en materia económica. Tal vez lo hagan cuando empecemos a salir de la crisis, con el único propósito de desgastar al Gobierno de Zapatero unos meses antes de las elecciones municipales y autonómicas, pero no preveo que se atrevan a presentarla antes porque tendrían que despojarse de la careta.

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En conclusión: estas elecciones europeas nos han mostrado la triste realidad de Europa, un actor internacional que cada vez tiene más difícil caminar hacia la verdadera unión política. Una, todavía, entelequia de gran Estado federal, donde la desunión se manifiesta más cuando menos se necesita debido a la crisis que estamos sufriendo. Un amasijo de Estados donde la burocracia consume la vida política; la corrupción campa a sus anchas por muchos puntos; donde la confusión de lo público con lo privado se practica impunemente en algunos países en otra hora ejemplo de democracia; la conculcación de los derechos humanos, el nazismo, el racismo, la xenofobia, el euroescepticismo... están a la orden del día. ¡Y todo ello "legitimado" por las urnas! Los políticos ya pueden hacer lo que quieran con total impunidad. En definitiva, un gran día para la democracia europea. ¡Qué pena!

El gran bacanal se ha puesto en marcha. La "barra libre" está a su servicio en el Pub Europa. Que lo disfrute.

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