lunes, 6 de octubre de 2008

La soledad de Sísifo


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La mitología clásica nos coloca al rey Sísifo, una de sus figuras más simbólicas, en el punto de mira de la actualidad.Según la tradición, el astuto, hipócrita y pecador Sísifo fue castigado eternamente por Zeus a ser arrojado al Tártaro, un lugar de castigo que pertenecía al mundo de los muertos, por haber violado secretos divinos. Tánatos, el dios de la muerte, fue el encargado por Zeus de que se cumpliera la pena.
Aunque Sísifo no se dejó intimidar y maniobró para evitar la muerte, el caso es que terminó siendo castigado ejemplarmente por los Jueces de los Muertos. Le mostraron una gran piedra y le ordenaron trasladarla rodando pendiente arriba hasta la cima de una montaña para, desde allí, soltarla cuesta abajo por la otra ladera.
Sísifo no consiguió hacerlo porque, cada vez que estaba a punto de alcanzar la cima, el peso de la descomunal roca le obligaba a dar macha atrás y la mole volvía una y otra vez al pie de la montaña.
Ante tal castigo, la soledad de Sísifo entonces y ahora es palmaria. No hay misericordia para el desventurado trabajador que hoy carga con la pesada piedra del capitalismo especulativo, tramposo, incontrolado. Cada vez que trata de alcanzar la meta de la dignidad, sustentada en el esfuerzo y sacrificio que supone empujar la piedra de la necesidad por la fuerte pendiente de la vida, la maldición se produce inevitablemente. El enorme pedrusco le devuelve al pie de la montaña, es decir, a la triste realidad de la existencia reservada a los desafortunados.
Pero Tánatos ha de esperar porque si algo caracteriza a Sísifo es su persistencia. El sudor empapará su cuerpo y el polvo de la montaña ensuciará su torso. Mientras tanto, seguirá esforzándose empujando la piedra hasta hollar la cima aun sabiendo que nunca lo logrará, porque está convencido de que lo trascendente no es alcanzar la cumbre en sí misma. Lo que verdaderamente importa es hacer el recorrido..., aunque sea en solitario, hasta que la piedra te aplaste definitivamente. Y será entonces cuando, por fin, Sísifo haya alcanzado la cima..., su propia y personal cima.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene razón Javier cuando dice que nunca conseguimos alcanzar la cima.
Siempre estamos "jodios" y cuando parece que sacas un poco la cabeza viene otra crisis más y te envía al abismo de la montaña con piedra y todo para que comiences de nuevo.
¡Qué desgracia!

Anónimo dijo...

Muy bueno Javi, como siempre. En la antigua serie de animación "Ulises 31" retoman el mito de Sisifo.

Aitor M.