lunes, 24 de noviembre de 2008

La Davis es nuestra

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Eso era lo que cantaban los aficionados españoles al tenis antes de que se jugara la final de la copa Davis, contra Argentina, en Río de la Plata, este último fin de semana. El ejercicio voluntarista de los forofos se ha cumplido sorprendentemente. España venció por 3-1, por lo que no fue necesario jugar el último partido de individuales.

A decir verdad, los demás no lo teníamos tan claro después de llevarnos la frustración de que el número uno del mundo, Rafael Nadal, no podía jugar por lesión, y de tener que jugar fuera de casa ante un público muy presionante, herencia del fútbol que con tanta pasión se vive allí más que de su tradición tenística.

Pero los jugadores españoles, sin llegar a hacer los mejores partidos que conocemos de nuestras raquetas, tuvieron la serenidad y, por qué no, la suerte -el número uno argentino se lesionó al final de su partido- de vencer a los vehementes sudamericanos.

La felicitación que les transmitimos y la alegría que nuestros tenistas nos han dado no deben estar reñidas con nuestra percepción crítica de la confrontación. Pensamos que ni unos ni otros estuvieron a la altura que se exige en una final de Davis, porque los partidos, salvo algunos puntos calificados como buenos, no pasaron de ser auténticamente mediocres. La sucesión de fallos propios de principiantes, carencias y falta de recursos técnicos, desconcentración, agarrotamiento... fueron algunas de las características que se sucedieron en los encuentros.


Al final ganó el equipo que se mostró un poco más tranquilo y, especialmente, la actitud serena del español Feliciano López que ha "crecido" mucho como jugador -sin ser brillante- por su perseverancia y entereza ante las dificultades.

Y, aprovechando la ocasión, bueno es recordar que España últimamente cosecha éxitos deportivos internacionales muy relevantes que nos llenan de orgullo: somos campeones del mundo de baloncesto -la final se ganó sin figuras como Gasols-; se ganó el campeonato de Europa de selecciones de fútbol sin "indispensables" como Raúl; hemos ganado los dos últimos tours de Francia; hemos hecho un buen papel en las últimas olimpiadas de Pekín; ahora somos campeones de la copa Davis de tenis, sin la participación de Nadal. En fin, un buen balance deportivo donde se aprecia que lo importante es hacer equipos más que figuras.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Aupa España! Ganaron a los argentinos que no se comportaron como caballeros en una competición como ésta.
Los tenistas españoles sufrieron pero merecieron ganar por todo lo que aguantaron.