jueves, 27 de noviembre de 2008

Terrorismo en Bombay

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El caos absoluto se ha instalado en Bombay, la capital económica de la India, por los atentados terroristas que se han sucedido ayer a partir de las 9.30 de la noche, hora local. El número de muertos alcanza los 125 y pasan de 300 los heridos.

Los terroristas se han identificado como pertenecientes a una organización llamada Deccan Muyahidin, radicales islamistas, según informan las cadenas de televisión indias. Abrieron fuego simultáneamente en nueve lugares diferentes de la ciudad y asaltaron algunos edificios emblemáticos como la estación de ferrocarril, un hospital, el reustaurante Leopold, muy frecuentado por turistas, el lujoso hotel Taj Mahal Palace, en el que se hospedaba una delegación del Parlamento Europeo encabezada por el eurodiputado español de CiU, Ignasi Guardans, y el también lujoso hotel Oberoi, en el que se encontraba una delegación del gobierno de la Comunidad de Madrid encabezada por su presidenta, Esperanza Aguirre. Tanto los eurodiputados como los componentes de la delegación madrileña se encuentran fuera de peligro.
Los asaltantes han tomado rehenes, preferentemente con pasaportes norteamericanos y británicos, que mantienen recluídos en las habitaciones de los hoteles. La policía y el ejército van eliminando paulatinamente a los terroristas que todavía se hacen fuertes en las diferentes plantas de los edificios hoteleros, y liberando a los secuestrados.

También permanecen encerrados en sus habitaciones un número indeterminado de clientes que no pueden salir de ellas, por indicación de la policía, debido al riesgo que existe. Entre éstos se encuentran dos empresarios españoles que se alojan en el hotel Oberoi.
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La India es la democracia más poblada del mundo, un extenso país que sufre atentados terroristas con frecuencia. Predominan los perpetrados por grupos islamistas radicales que, en muchos casos, se han vinculado a la acción de Paquistán, su vecino enemigo, y sus servicios secretos. Pero otros atentados han sido obra de facciones radicales hindúes, que intentan presionar a su propio gobierno para que desista de llegar a acuerdos con los paquistaníes sobre temas conflictivos que les enfentan, como ocurre con el histórico enfrentamiento por la región india de Cachemira que reivindica Paquistán.

Por otro lado, India es un país emergente que está haciendo grandes esfuerzos por salir de la miseria. Comienza a tener una economía que pesa en el escenario mundial y, a la vez, está dando pasos decididos hacia la modernidad. Esto se ha convertido en caldo de cultivo para la acción directa de cualquier tipo de terrorismo fundamentalista, porque son las ideas y estructuras de poder tradicionales las que se ven socavadas por esa modernidad que gana espacios rápidamente. Va a ser una larga lucha que India ha de librar desde la fortaleza que da la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La guerra contra el terrorismo islamista va camino de extenderse sin saber que dimensión acabará teniendo. Me resisto a admitir que la humanidad no puede erradicar la guerra de su vida.