Cuajado en la luz, hirviendo

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Cuajado en la luz, hirviendo,
después de mucha tierra deshabitada de pájaros,
surge un pueblo.
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En abrazada gleba
guardan a sus muertos, mas
el silencio y la arcilla
se levantan y entran
en la vida.
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Pensaba la belleza. Veo ahora
silencio edificado, corazones
amontonados por el amor.
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Veo la vida en el centro de la luz; ya sé
que la belleza no necesita ser pensada.


Antonio Gamoneda. Esta luz.

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