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¿A qué ha ido Benedicto XVI a Israel, Jordania y a los territorios palestinos de Cisjordania la pasada semana? Esta es la pregunta de fondo. Nadie se cree que a predicar la paz, ni a apoyar a los palestinos en su pretensión de llegar a tener un Estado propio. Ni siquiera ha mencionado la última masacre de hace unos meses que los judíos hicieron en Gaza saltándose todas las condenas y recomendaciones de la sociedada internacional, incluida la misma ONU. Tampoco es creible que haya viajado a dar fuerza a los fieles católicos, muy pocos en esa zona, ni que la causa fuera un 'ataque de misionero' que le haya puesto en marcha buscando captar más fieles para la causa de Jesucristo y de su Iglesia.
¿A qué ha ido Benedicto XVI a Israel, Jordania y a los territorios palestinos de Cisjordania la pasada semana? Esta es la pregunta de fondo. Nadie se cree que a predicar la paz, ni a apoyar a los palestinos en su pretensión de llegar a tener un Estado propio. Ni siquiera ha mencionado la última masacre de hace unos meses que los judíos hicieron en Gaza saltándose todas las condenas y recomendaciones de la sociedada internacional, incluida la misma ONU. Tampoco es creible que haya viajado a dar fuerza a los fieles católicos, muy pocos en esa zona, ni que la causa fuera un 'ataque de misionero' que le haya puesto en marcha buscando captar más fieles para la causa de Jesucristo y de su Iglesia.
Mucho nos tememos que la cuestión fundamental esté en otro terreno. Tal vez el Papa haya ido a hacer política internacional, como suele ser habitual en este y en otros jefes de los católicos. Y quizás Benedicto XVI haya querido ir a Israel -los demás sólo son teloneros- a adherirse y respaldar al nuevo gobierno judío de extrema derecha que ejerce la función de vanguardia del mundo judeo-cristiano occidental contra el 'peligroso' islamismo. Y puede que, incluso, haya visitado a Netanyahu, recién estrenado Jefe del gobierno israelí, para apoyarle en su pretensión de eliminar cualquier vestigio de amenaza atómica de Irán, que acaba de probar un misil con capacidad -se sospecha- para transportar armas atómicas hasta un alcance de 2.000 kilómetros, es decir, con posibilidades de llegar hasta el territorio israelí.
Recordemos que Netanyahu acaba de pasar por Washington. Aparentemente, Obama no le ha dado muchas palmadas en la espalda y le ha recordado que debe cumplir los acuerdos firmados por sus antecesores y facilitar la constitución de un Estado palestino. Pero, probablemente, habrán hablado de otros asuntos también fundamentales como es el caso de la amenaza iraní y del peligro de los terroristas de Al Qaeda que se han convertido en la amenaza global por antonomasia.
Así, unos y otros ganarían, porque nada hay que más preocupe al Santo Padre, y a otros santos padres de los países cristianos occidentales, que el peligro de avance del islamismo en el mundo.
Ya veremos si próximamente los judíos actúan militarmente contra Irán. Sería un momento de gran peligro para el mundo. Estemos atentos a lo que se mueve en el tablero político internacional, escondido tras el telón de la crisis económica mundial.
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3 comentarios:
Como te decía el otro día, respecto al comentario del ministro de Educación, Gabilondo, a cuenta del comentario y análisis precipitado de la joven ministra de Igualdad en relción con los seres vivos y los seres humanos, lo que pretendía el Papa en Oriente Medio hay que pensarlo mucho y después de pensarlo dejarlo para otro día para pensarlo más... Dudo de que lleguemos a saber que perseguía el Papa...
Y ahora los niños de Irlanda. A la Iglesia le llueven las denuncias por todas partes. ¡Y quieren dar lecciones de moral! ¡Qué cinismo, madre!
Y la derecha cavernícola española sigue amparando y jaleando las ideas retrógadas de la Iglesia católica. Entre ambos impiden que España deje de ser "martillo de herejes" y pase la página de la cutrez para instalarse en la modernidad.
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