La Unión Europea se la juega hoy en la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno celebran a estas horas en Bruselas. La crisis económica, el ataque al euro y a las deudas soberanas de los estados europeos, pone a Europa al borde de la explosión. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy tratan de imponer sus criterios al resto de socios y proponen la revisión de los tratados para obligar a los gobiernos europeos a fijar ajustes fiscales leoninos y rebajas en el Estado de bienestar que todavía disfrutamos, aunque en algunos casos como el español, a medio camino de lo que debiera ser.
Por otra parte, Mariano Rajoy, el próximo flamante presidente del Gobierno español, se ha atrevido a salir de su casita para entrevistarse con los líderes europeos y con el Secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, de visita por Europa para vigilancia y control del viejo continente, y para darnos lecciones de cómo hacer política económica contra la crisis, como si los norteamericanos no tuvieran la culpa de la génesis de esta gran pandemia que afecta a la economía europea y, si me apuran, a todo el corazón del sistema capitalista mundial. Lo ha tenido fácil Mariano: la mayoría de los gobiernos de los 27 son conservadores. El aplauso a su victoria del 20N en las urnas ha sido unánime. Su ego habrá crecido significativamente hoy. Su cuota de vanidad estará satisfecha y plenamente pagada.
¿Qué le ha contado don Mariano a sus correligionarios del Partido Popular Europeo? ¿Y a la señora Merkel? ¿Y al señor Sarkozy? ¿Qué le ha dicho al señor Barroso? ¿Y al presidente del gobierno de turno de la UE -polaco en este semestre- que no se le ve por ningún sitio? Tenía razón Aznar: "España está intervenida". Ahora sí que lo está efectivamente: los colegas europeos nos dicen lo que debemos hacer. A su vez estos obedecen lo que señalan Merkel-Sarkozy que, asimismo, en comandita con el socio norteamericano que también nos impele a hacer lo que dicta, se arrodillan ante el auténtico Gran Hermano, el señor Mercado.
Mientras tanto, todos los españoles nos preguntamos por qué no nos explica Mariano Rajoy sus planes primero aquí, en España, y luego se los cuenta a los europeos. En España consiguió ganar las elecciones por mayoría absoluta sin explicar ni una sola de las medidas que piensa tomar para salir de la crisis económica. ¿Por qué no hace lo mismo con los europeos y mantiene su actitud silente? Tal vez eso no se lo permitan sus colegas conservadores, ni los bancos, ni los norteamericanos...
Por otro lado, ¿qué pretende el tándem Merkozy? ¿La conquista de Europa por vía económica? No pudo conseguirlo Napoleón en el siglo XIX, ni Hitler en el XX, por vía militar, y tal vez pretendan -unidos, ahora sí- aplicar las teorías del soft power del norteamericano Joseph Nye, profesor de la Universidad de Harvard, al viejo continente, para imponer su poder y dominación a los demás estados europeos y establecer el Cuarto Reich. ¿Una exageración? Tal vez.
Exageraciones al margen, es preciso denunciar, al menos, la quiebra del ya de por sí cuestionado sistema democrático en la UE con esta actuación del tándem Merkel-Sarkozy. Desaparecidos en combate se encuentran el resto de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. No está, ni se la espera a la Comisión Europea, la garante y guardiana de los Tratados, ni a su presidente el conservador Durao Barroso. Tampoco aparece por ningún lugar relevante la Presidencia polaca y el resto de la troica que dirigen la UE en este semestre. Marginado han dejado al Presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, un burócrata sin carisma ni liderazgo que solo sirve para llevar la cartera a los alemanes. Presionado y con poco margen de maniobra se encuentra el Banco Central Europeo (BCE) por los frenos que constantemente le aplican los 'bárbaros del norte' teutones, finlandeses... Tampoco pueden influir ya los bancos centrales de los 17 países que componen la zona euro. Eliminado está el Parlamento Europeo, probablemente la única institución elegida directamente por los europeos en donde reside un cierto nivel de legitimidad democrática.
Y así se escribe la historia de Europa: siempre divididos y hasta hace pocos lustros -un suspiro histórico los últimos 55 años de unidad- en sucesivas y permanentes disputas militares. Y hoy, además de divididos, a merced de unos entes, los Mercados, que nos tienen sojuzgados pero que, no seamos ingenuos, también están compuestos por instituciones, corporaciones, bancos, fondos de pensiones, fondos de inversión y, en definitiva, europeos, gente de nuestra gente, que aprovecha la oportunidad para explotar a su propia gente. Vivimos inmersos en una gran paradoja.
Vamos a cruzar los dedos y apelar a la esperanza porque la confianza ya está por los suelos. A ver si hoy los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, reunidos en Consejo Europeo en Bruselas, ponen la primera piedra al edificio de las soluciones y nos permite salir de este pozo en el que nos han metido y nosotros mismos nos hemos metido.
¡Ay, si los padres fundadores levantaran la cabeza!
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