Mucho tenemos que aprender de estos animalitos. Y nosotros hemos de hacernos alguna introspección con cierta regularidad, para corregir el desvío negativo que se produce en la reafirmación y práctica de esos valores humanos -¿o perrunos?- que nos son propios.
En esta Navidad volveremos a fijarnos propósitos de enmienda en este sentido. Lo conseguiremos en algunos momentos, mientras que en otros terminaremos por olvidarnos de lo que debemos ser y de quienes están a nuestro alrededor..., y así sucesivamente. Es el sino del hombre, un dechado de contradicciones.
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