miércoles, 27 de febrero de 2008

In memoriam

Ayer fue un día trágico en España. Murieron asesinadas cuatro mujeres a manos de sus parejas. La violencia machista es una lacra que no sabemos detener, a pesar de las múltiples iniciativas legislativas que se han puesto en marcha para evitarlo. Mi sentimiento y mi memoria se unen a las víctimas y familiares. Este es mi humilde homenaje a ellas, que extiendo a todas las demás asesinadas como consecuencia de la violencia de género todavía instalada en nuestra sociedad.

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Amada compañera
Canto a las mujeres que en una eres; a los valles de tus mundos donde camino; a tus ríos en donde sacio mi sed; a la ribera de tu alma donde obtengo la flor de tu ternura.
Le canto a tu luz que cada día me hace amarte más; a tus rincones dende soy dichoso amante; a tu mirada infinita de amor; a tu sonrisa que me da vida al recordarte.
Canto a las esferas que nacen de tu vientre; a tu corazón guardián de mil tesoros; a tu palpitar que llena mis latidos de paz y de alegría; a tu palabra de auroras donde nacen armonías; al universo construido por la unión de nuestras almas.
Canto a tu cuerpo que es mi sangre; a tus labios donde bebo sueños; a la inmortalidad del instante continuo que forjamos; a los trigales que haces crecer incólumes, y que son pan alimentándonos a este saber de la libertad donde camino, al estar en el reino de tu anhelo.
Canto a las lágrimas de amor y de tristeza por esta humanidad, amado ser cuyas alas a veces temen los vientos.
Canto a tu canto que deshace los silencios; a tu habla de soles que iluminan mis sentidos; a tu majestad sin par, a quien doy mis sueños e ilusiones y este canto de amor.
Porque tú, amada compañera, haces el prodigio de que el amor germine y florezca, y por ende, yo viva y sea.

Emilio Rojas

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra vez saltan las alarmas de mujeres asesinadas dentro del encuadre de de la denominada "violencia de género". Recordando, el progresismo esgrimía las razones para explicarnos las raíces del problema, todo era consecuencia de la educación franquista, machista y nacionalcatólica. Osea, aquello de la consabida y terrible herencia no ya de un régimen, sino de siglos de dominación cultural cristiana y católica.
Cuando tanto víctimas como verdugos pertenecen en muchísimos casos a generaciones educadas en el antifranquismo más feroz, en el feminismo más radical, la cacareada herencia se viene abajo.
La llamada violencia de género es otra clara manifestación de la descomposición actual de nuestra enferma sociedad.
A fecha de hoy continuamos "progresando" adecuadamente.

Anónimo dijo...

Muy hermoso el canto de Emilio Rojas.
Me uno al homenaje con una frase de Santa Teresa, "Satan no seria Satán si fuera capaz de amar"

Anónimo dijo...

A pesar de las iniciativas legislativas, de la concienciación en tertulias, debates y películas sobre el tema, seguimos con víctimas. Nos queda mucho por hacer, pero sobre todo esperar a que nuestras jóvenes sepan identificar y abandonar a su verdugo al primer síntoma. Ser tajantes e intolerantes con ellos, saber que no las quieren, que son personas insanas, incultas, insensibles, que no merece la pena pasar ni un minuto de su vida con ellos... que no dán, ni pena.