domingo, 15 de junio de 2008

Europa, ¡qué pena!


Se consumó la "negación de Europa" por los irlandeses. Mientras Irlanda da la espalda al continente, la crisis institucional en la que se ve inmersa la UE vuelve a poner en blanco y negro su futuro. La diferencia de 110.000 votos irlandeses del "No" respecto del "Sí" no se va a olvidar tan fácilmente a este lado del mar del Norte.
Parece que los irlandeses vuelven a su esencia identitaria: el aislamiento que da la condición de ser isla. Lo que ocurre es que ahora lo hacen desde posiciones de bienestar, con el 140% de renta respecto de la media europea, gracias en gran medida al esfuerzo y solidaridad de los países más pudientes de la Europa continental que, en general, han sabido estar a la altura de las circunstancias que exige un proyecto político de la envergadura del que se trata de construir.
Se repite la historia: los nuevos ricos quieren huir del esfuerzo de solidaridad que les corresponde cuando ellos han conseguido llegar a ese nivel de vida que da la riqueza. Se olvidan de lo que fueron y de quien les ayudó.

Los irlandeses exculpan su "No" porque, según los líderes de esta opción ganadora, no hay suficiente democracia en Europa, es muy complejo el Tratado de Lisboa que se sometía a aprobación -¿conocerán realmente su propia Constitución?-, quieren tener poder de decisión al mismo nivel que los demás estados -¿es democracia que cinco millones de irlandeses puedan decidir igual que 85 millones de alemanes?-, no quieren pagar los mismos impuestos que se pagan en Europa aunque ahora sea el segundo país más rico de la Unión...

Tal vez tengan un punto de razón, pero a nadie se le escapa que, aun siendo conscientes de que los avances son lentos, es ahora cuando mejor estamos porque tenemos más y mejor nivel de calidad de todo aquello que critican y reclaman. Desde luego, disfrutamos de más democracia, tenemos más posibilidades para saber de qué va el Tratado -más sencillo que los textos que aprobaron para entrar en la antigua CEE en 1973-, y más políticas que se implementan por el voto del Parlamento (sus representantes lo son por elecciones cada cinco años), conocemos mejor la UE, tenemos una moneda fuerte... que cuando en los años setenta, ochenta, noventa y lo que llevamos de este siglo se tapaban la nariz para evitar oler lo apestado que llegaban las ingentes sumas de dinero comunitario que les ayudaban a salir de la difícil situación económica que siempre han padecido.

En esos años Irlanda se tapó la nariz, cerró los ojos, obstruyó sus oídos, y su conciencia política nunca les impidió admitir esas donaciones. Ya se sabe que el dinero no debe mezclarse con los valores ni con los principios éticos, pero algo de coherencia sí es exigible.

Perderemos varios años más en volver a tomar velocidad para hacer avanzar el proyecto europeo. Se desconoce, aunque se intuye, si EEUU y otras potencias se frotan las manos o no por este tropiezo en la construcción de la UE. ¡Qué pena!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los irlandeses han sido valientes y han dicho a los burócratas europeos que no pasan por esos proyectos que no entienden y perjudican a su país. Por eso han votado negativamente al Tratado.

Javier dijo...

¿Quién gestionará el "no" en Irlanda? ¿Los grupos extrajparlamentarios y marginales que lo propusieron? ¿El Gobierno y el Parlamento que defendían el "sí"?
Los irlandeses no debieron castigar a Europa como lo han hecho. Tal vez debieron esperar a castigar a sus políticos en próximas elecciones nacionales o esperar a las europeas del año 2009 que está a la vuelta de la esquina.