Entre el tres y el cuatro de junio de 1989 se produjeron las matanzas de la plaza de Tiananmen en Pekín, la capital de China.
Recordamos ese momento que, como otros muchos actos represores en la historia de la humanidad, colocan al hombre en el grado más bajo del nivel de civilidad posible.
Los cientos, o quizá miles, de muertos bien merecen un hueco en nuestra memoria.
1 comentario:
China no merece el gran escaparate que es la Olimpiada porque no aplica los derechos humanos. En cuanto pase el acontecimiento volverá a reprimir al pueblo como ha sido siempre.
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