lunes, 3 de marzo de 2008

Conflicto diplomático en los Andes

La muerte de Raúl Reyes, número dos de las FARC, a manos de unidades militares del ejército de Colombia, según las fuentes en territorio de soberanía ecuatoriana, ha provocado una crisis diplomática de enorme gravedad entre Colombia por un lado, y Venezuela y Ecuador por otro.
El presidente Chávez de Venezuela que apoya a Ecuador, y el presidente Correa de este último país, han atacado duramente, en sendas declaraciones, al presidente Uribe de Colombia por esta operación de persecución y muerte del carismático líder revolucionario, junto a otros 15 guerrilleros de las FARC que se encontraban en un campamento cercano a la frontera colomboecuatoriana.

Con este incidente, el proceso de ayuda humanitaria que se estaba fraguando para la liberación de secuestrados por las FARC, a cambio de prisioneros revolucionarios de esta organización que se encuentran en cárceles colombianas, ha quedado herido de muerte.

Algunas cuestiones de fondo están detrás de este conflicto. En primer lugar la guerra revolucionaria que durante décadas vienen promoviendo las FARC en Colombia, con el objetivo, según esta organización declarada terrorista, de lograr la libertad y la justicia social en esta nación tan denostada por la generalización de las desigualdades sociales.

En segundo lugar, el apoyo de Estados Unidos que, con la disculpa de ayudar a Bogotá en su lucha contra la droga, ha instalado en suelo colombiano un operativo militar y de información, cuyo principal objetivo es hacer del país una gran base de control de América del Sur, en línea con la consabida doctrina Monroe, "América para los americanos".

Un tercer elemento que juega mucho en este conflicto es la política bolivariana de Chavez que busca influir en gran parte de la zona caribeña, en la andina de América del Sur y en Centroamérica.

Con este menú, cualquier pequeño fuego puede convertirse en un gran incendio.

Ojalá que la sangre no llegue al río, pero va a ser difícil y costará tiempo y esfuerzos restañar las heridas que se han producido.

Estamos seguros de que los pueblos colombiano, venezolano y ecuatoriano son más lúcidos que sus gobernantes y presionarán a estos para regresar a la senda de la paz que nunca debió ponerse en cuestión en el norte de la cordillera andina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el problema está en que chavez quiere ser el caudillo de la zona. juega a ser el fidel castro del futuro.