jueves, 17 de abril de 2008

Periodista muerto por ataque israelí

Un periodista de Reuters murió ayer al ser alcanzado por una bomba de fragmentación lanzada por un tanque, en el ataque que el Ejército israelí ha desatado contra las milicias palestinas en la franja de Gaza, como represalia por la muerte de tres soldados judíos, también ayer, en enfrentamientos con los milicianos de Hamas.
El reportero Fhadel Oda Shana tenía 23 años y trabajaba como cámara de televisión para la agencia británica Reuters. Se trasladaba en un vehículo todoterreno perfectamente señalizado con amplios carteles que indicaban su condición de informador para tomar imágenes del enfrentamiento.
En los diferentes ataques de los militares judíos motivados por este incidente han muerto también 18 palestinos civiles.
Una vez más un periodista pierde la vida en pleno ejercicio de su trabajo, intentando informar sobre un conflicto de tanta trascendencia mundial como el que mantienen israelíes y palestinos.
Parece que la profesión más peligrosa del mundo no va a dejar de serlo en un futuro próximo porque los conflictos bélicos, las mafias y los poderosos no dan tregua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hace mucho tiempo leía algo sobre Indro Montanelli, el reportero que hacía preguntas incómodas.
Ganó la batalla por el periodismo libre. Fue, sobre todo, independiente, no comulgó con nadie. El consejo más valioso que recibió de su carrera: "Recuerda que los periodistas son como las mujeres de la calle: mientras estén allí les va muy bien y hasta pueden llegar a ser alguien. Lo malo es cuando se les mete en la cabeza querer entrar en la sala...".
Siento mucho lo ocurrido a este joven reportero, cámara. No es la primera vez que un reportero-periodista-cámara deja su vida allí.
El periodista tiene que ir a buscar la noticia allí, no refugiarse en la sala de estar o en su estudio pegado al portátil (mola mucho ahora), para cómodamente emprender el diálogo con los lectores de su blog (también mola).
El buen periodista sabe de la noticia porque estuvo allí.
Desde la sala puede, tal vez, no cumplir con el primer mandamiento del periodista: "Nunca aburras, hay que interesar al público".
Con este comentario quiero homenajear a este joven reportero. Descanse en paz y que Dios lo tenga entre sus brazos.