domingo, 20 de abril de 2008

Lo que piensa un hijo del padre


A los siete años:

Papá es un sabio, todo lo sabe.

A los catorce años:

Me parece que papá se equivoca
en alguna de las cosas que dice.

A los veinte años:

Papá está un poco atrasado en sus teorías,
no es de esta época.

A los veinticinco años:

El viejo no sabe nada...
está chocheando decididamente.

A los treinta y cinco años:

Con mi experiencia,
mi padre a esta edad, hubiera sido millonario.

A los cuarenta y cinco años:

No sé si ir a consultar este asunto con el viejo,
tal vez pueda aconsejarme.

A los cincuenta y cinco años:

¡Qué lástima que se haya muerto el viejo,
la verdad es que tenía unas ideas y una clarividencia notables!

A los setenta años:

¡Pobre papá, era un sabio!
¡Qué lástima que yo lo haya comprendido tan tarde!


Roger Patron Lujan

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debe ser ley de vida eso de llegar siempre tarde a saber lo que verdaderamente es importante en este mundo. Habrá que conformarse.