Ayer 14 de Abril, día de la República, juró ante el Rey Juan Carlos el nuevo Gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero.
Parece que está formado por diferentes círculos concéntricos según el grado de poder dentro del Ejecutivo. En relación con esta figura podríamos decir que tenemos el siguiente diseño:
1º) Un núcleo duro formado por la Vicepresidenta Primera, ministra de la Presidencia y Portavoz del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega; el Vicepresidente Segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
A este grupo se van a unir la nueva ministra de Defensa, la catalana Carme Chacón (¿posible sucesora de ZP algún día?), y el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián, el mártir socialista por la alcaldía de Madrid el pasado mes de mayo.
2º) Otro grupo estable, continuista, que lo constituyen la ministra de Educación y Asuntos Sociales, Mercedes Cabrera, persona muy cercana al Presidente; la ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, y la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa.
El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez se mueven muy cerca de este círculo aunque han estado muy cuestionados.
3º) El círculo más alejado del verdadero poder o grupo emergente lo constituyen el ministro de Sanidad, Bernat Soria; el ministro de Cultura, César Antonio Molina y el nuevo titular de Trabajo, Celestino Corbacho.
A estos últimos se les puede añadir los también nuevos ministros Beatriz Corredor en Vivienda; la vasca Cristina Garmendia en Ciencia y Universidades, y la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que con sus 31 años es el ministro más joven de este periodo democrático español.
Otras notas características que se aprecian:
a) En contra de los pronósticos, Jesús Caldera, anterior ministro de Trabajo y Seguridad Social, que ha recorrido todo el camino hacia el poder de Zapatero siempre muy cerca de este, ha quedado fuera del Ejecutivo. Dirigirá un think tank socialista para generar ideas que alimenten el proyecto socialista. Parece que ZP quiere volver al Programa 2000 que a finales de los años 80 del pasado siglo impulsó Alfonso Guerra, Vicepresidente del Gobierno con Felipe González.
Pero si esta fundación que pretende concentrar todas las existentes al amparo del Partido Socialista no tiene suficiente fuerza e influencia, algo que podremos comprobar en el próximo congreso federal de julio, habrá que creer a quienes afirman que el Presidente y Caldera se han distanciado.
b) Sorprende cómo cada vez se hace más visible que los presidentes del Gobierno, sobre todo en sus segundas oportunidades, conforman equipos con personas independientes -casi la mitad del Gobierno en esta ocasión-, es decir, no pertenecientes al Partido. Esta cuestión puede acabar siendo grave para el PSOE porque muchos militantes -los que hacen el "trabajo sucio"- podrán pensar que su contribución al proyecto no tiene valor y, peor aún, se les envía el mensaje de que en el Partido, los Grupos Parlamentarios, etc. no existe gente competente para asumir puestos de esta responsabilidad.
Hay personas en el Partido Socialista que, además de ser militantes disciplinados, de muy larga trayectoria en pro de las ideas progresistas y, a veces, jugándose la vida, "se han partido la cara" en la anterior legislatura, y en etapas de oposición, en favor de estos principios y contra la derecha. El Presidente y quienes influyen en sus decisiones -independientes algunos de ellos- no les han tenido en cuenta y por eso no se han visto premiados con su ascenso a responsabilidades ministeriales. Las personas tienen su ego y necesitan un reconocimiento efectivo -no sólo nominal o formal- de su labor. Malo será que algún día lleguen a concluir que es mejor no significarse porque no merece la pena.
c) Hay desafección entre el electorado de algunas circunscripciones y ciertos cabezas de lista -no militantes socialistas-, lo cual no obsta para que sigan o accedan a la alta responsabilidad gubernamental (son los casos de Miguel Sebastián y Beatriz Corredor en Madrid, Fernández de la Vega en Valencia, Bernat Soria en Alicante, Mariano Fernández Bemejo en Murcia o César A. Molina en A Coruña).
d) El Gabinete está compuesto por 9 mujeres y 8 hombres. Es la primera vez en la historia que domina el número de féminas en el Gobierno de España. Con ello el Presidente apuesta claramente por la igualdad, eje básico de su programa de gobierno, que culmina con la creación ex novo de un Ministerio de la Igualdad.
e) Por primera vez una mujer, Carme Chacón, será la titular de la cartera de Defensa. Las quinielas anunciaban que podría serlo Elena Salgado, una mujer con mucha más experiencia de gestión en la Administración y en el Gobierno.
f) Es discutible que Universidades esté mejor con Ciencia e Innovación. Cuando se hallaba en el ministerio de Educación se daba continuidad a todo el trayecto educativo. Da la sensación de que la educación no es fin en sí mismo en la conformación de la personalidad del individuo. Parece que se la subordina a las necesidades del sistema productivo, es decir, se estudia para ser buenos profesionales, para acceder a un buen trabajo, no para formar una personalidad rica en valores, conocimientos...
Finalmente, y al margen del análisis realizado sobre el nuevo Gobierno de Zapatero, hemos de destacar que seguimos viendo el crucifijo y la biblia compartiendo mesa con un ejemplar de la Constitución en el momento de la toma de posesión de los ministros ante el Rey, a pesar de que los ministros prometen y no juran su cargo. ¿Es España un Estado aconfesional como dice nuestra carta magna? Qué lejos estamos del Estado laico.
1 comentario:
Es un Gobierno con poco peso político o concentrado en ese núcleo duro que se cita en el artículo.
Es verdad que hay poco currículo en varios ministros.
No le auguro un gran éxito.
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